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lunes, 18 de febrero de 2013

En el Tren Negro con el 'Tolkien estadounidense'.


El novelista George R. R. Martin (Nueva Jersey, EE UU, 1948) ve la realidad de color gris. Su obra más exitosa es la saga fantástica Canción de hielo y fuego (A song of ice and fire), en la que aborda la lucha encarnizada por el poder entre seres fabulosos, pero no se trata de una batalla entre un ejército negro y otro blanco. Sino entre personajes que se mueven en una zona indeterminada de contornos borrosos, en los que un buen tipo cualquiera puede acabar siendo un monstruo. "La lucha entre el bien y el mal se libra en el corazón de los hombres, y ahí todos tenemos el potencial para ser héroes o villanos", ha señalado Martin, bajo una gorra marinera y con el rostro rodeado por una poblada barba blanca, en el tren que viaja esta mañana de Madrid a Gijón para abrir la 21 Semana Negra, dedicada a la literatura de género negro.

Los cinco volúmenes publicados de Canción de hielo y fuego (está empezando el sexto y piensa escribir uno más) han cosechado un gran éxito en Estados Unidos, hasta el punto que la prestigiosa productora de teleseries HBO ha adquirido los derechos de las novelas. "Están en fase desarrollo y no sé de si al final se rodarán", ha señalado Martin, entre los traqueteos del tren, en la primera rueda de prensa de la cita literaria. "Sé que hay dos guionistas jóvenes, David Benioff y D. B. Wise, que ya han escrito dos borradores. Parece que les ha gustado y que la BBC participaría como coproductora [como ya sucedió con la teleserie Roma]. De momento, están buscando localizaciones en Nueva Zelanda, Irlanda, República Checa y Rumania".

Lo que está claro es que a cada novela se le dedicaría una temporada de doce episodios. "Creo que es el formato adecuado para narrar bien la complejidad de los libros; que sería imposible de reflejar en una película de hora y media". En España, la última entrega de su serie,Festín de cuervos, se colocó a principios de año en los primeros puestos de las listas de ventas, pisándole los talones al mismísimo Ken Follet. "No sé por qué gusta tanto esta serie", ha respondido Martin, al ser preguntado por la clave de su éxito. "Empecé la serie en 1996 pero yo ya llevaba escribiendo desde 1971. Si supiese qué es lo que fascina a mis lectores, hubiese escrito la saga veinte años antes", ha comentado con sorna.


Literatura buena y mala

Sobre la manida cuestión de si la literatura de género es menor respecto a la llamada gran literatura, Martin ha recordado las palabras del novelista William Faulkner, autor de El ruido y la furia, al recibir el Premio Nobel de Literatura: "Faulkner dijo que la literatura se ocupa del corazón en conflicto consigo mismo, y eso se puede hacer desde cualquier género e incluso fuera de ellos". El novelista ha recordado que en su país se tiende a compartimentar la literatura y a distinguir mucho "entre novela negra, ciencia-ficción, novela histórica, cómic, etcétera", pero "al fin y al cabo todas son literatura porque son una forma de narración". Sólo hay un componente imprescindible: "Lo importante es mantener un nivel de inteligencia y de ambición, que es a lo que debería aspirar todo escritor con su obra".

Canción de hielo y fuego es "una de las grandes reflexiones sobre la lucha por el poder" de los últimos veinte años, según ha señalado el director de la 21 Semana Negra de Gijón, Paco Ignacio Taibo II, que ha acompañado al autor estadounidense. "Tiene una capacidad tremenda para crear personajes con un punto de vista propio, con héroes que acaban siendo villanos, y semihéroes que son semivillanos y viceversa. Y con ello te da una idea de la complejidad del universo". Y por si había alguna duda sobre el controvertido asunto de los géneros, ha remachado: "La gran literatura surge de todos los espacios", ha insistido Taibo, "y el género [negro] ha resultado uno de los grandes revulsivos de los últimos veinte años para mostrar la parte de abajo del iceberg de nuestra sociedad".

viernes, 8 de febrero de 2013

“Siempre me atrajeron las cosas raras, desde que era pequeño”.


A los doce años, George R. R. Martin vendía a los amigos de su manzana historias de monstruos que inventaba en su casa y redactaba a golpe de bolígrafo. A los 21 comenzó su carrera de escritor de novelas fantásticas y de ciencia ficción. Durante una década, se reconvirtió en guionista y productor en Hollywood. Pero en 1991 concibió el conjunto de novelones englobados bajo el epígrafe Canción de hielo y fuego, compuesto de siete volúmenes de unas 1.000 páginas cada uno de los que ya ha acabado cinco.

Recrea minuciosamente el mundo inventado en esa saga en el que hay muros de hielo erigidos para contener a figuras fantasmales que vagan por la nieve, muchos reyes y pocos tronos, batallas medievales, crías de dragón y una descarnada lucha por el poder.
Una mezcla de Los Soprano y El Rey Lear, de Shakespeare. Su creador, nacido en New Jersey en 1948, tocado con su eterna gorra de capitán de barco, se encuentra promocionando sus libros y la serie en un hotel de Lisboa. El revuelo de cámaras y su agenda de ministro indican que ha alcanzado el rango de escritor-estrella, de ventas millonarias. Pero él se comporta como lo que es: un tipo amable, inteligente, bonachón y simpático que hace lo que más le gusta desde los doce años.

Pregunta. ¿Algún día imaginó un éxito así?

Respuesta. No, claro que no. Uno sueña con eso: tener muchos lectores, vender muchos libros. En mi caso, no siempre fue así: yo tuve éxitos pero también fracasos. Así que sé apreciar y agradecer lo que me ocurre ahora. Muchos me comparan con Tolkien, lo que es un gran honor.

P. ¿Y está de acuerdo?

R. No somos lo mismo, venimos de universos diferentes. Tolkien fue un hombre del siglo XIX, un estudioso, un famoso profesor universitario experto en inglés antiguo, enamorado de Inglaterra. Y eso se refleja en sus libros: las pequeñas ciudades, los arroyos, los árboles, el paisaje. A mí me parece maravilloso, pero yo provengo de otro sitio: pertenezco a la primera generación del baby boom, crecí en un entorno de clase trabajadora, mi padre era estibador y en los paisajes de mi infancia no hay nada rural.

P. ¿Y qué tienen sus libros para que se vendan tanto?

R. No lo sé. Si tuviera un secreto, lo habría puesto en práctica antes, créame. Supongo que encierran una buena historia, con un mundo propio poblado por personajes interesantes de los que la gente quiere saber más y más. Pero he hecho lo mismo en otros libros que han fracasado. Uno nunca sabe.

P. ¿Cómo tuvo la idea de esta saga?

R. Corría 1991, yo estaba en Hollywood, trabajando de guionista. Pero la serie se canceló, volví a Nuevo México, que es donde vivo, y decidí concentrarme en la escritura de una novela de ciencia ficción en la que había pensado mucho. En eso estaba, llevaba cuarenta páginas cuando se me apareció la idea del primer capítulo de Juego de tronos. Era algo muy atrayente, así que dejé la novela y en tres días tenía el primer capítulo. Un capítulo llevó al otro y hasta ahora.

P. ¿Por qué tanta obsesión con el poder?

R. Es algo fascinante. Tal vez porque es un deseo universal que todos tenemos. En todas las sociedades y en todo tipo de sociedades. Yo di clases durante algunos años en Iowa y presencié grandes luchas por el poder, por ver quién se convertía en el presidente de nuestro departamento.

P. ¿Por qué eligió para llevar a la pantalla su historia una serie de televisión?

R. Cuando el libro comenzó a venderse mucho llegaron las ofertas de Hollywood. Pero el cine nunca me convenció. Por una razón: la saga es demasiado larga. El Señor de los anillos se compone de tres libros que se reflejaron en tres películas. Y aún así, hubo que dejar cosas fuera. Cualquiera de mis libros de esta saga es más grande que El Señor de los anillos. ¿Cuántas películas habría que hacer? ¿Tres? ¿Cuatro? ¿27? Así que llegué a la conclusión de que solo podría convertirse en una serie de televisión y la cadena ideal era HBO, que tiene unos niveles de calidad extraordinarios y que ha hecho las mejores series de televisión: Roma, Los Soprano, y The Wire, entre otras.

P. ¿Cuál fue su grado de implicación en la serie?

R. No tenía la última palabra. Pero me impliqué mucho. En el casting, por ejemplo. Además, hago un guion por temporada.

P. ¿Siempre escribió ciencia ficción o novelas fantásticas?

R. Siempre, desde que era pequeño. Ciencia ficción, mundos imaginarios, monstruos. Siempre me atrajeron las cosas raras, desde que era pequeño.

P. ¿Ahora está escribiendo el sexto volumen de la saga?

R. Sí. En total van a ser siete. Al menos, ese es el plan.

P. ¿Y la serie seguirá a los siete libros?

R. Eso espero. Pero esto es televisión. Nadie sabe lo que va a ocurrir, cuándo te van a cancelar un contrato. La serie se vende muy bien. Si todo esto continúa así, creo que tenemos un gran futuro por delante en la serie, diez u once temporadas. Pero repito: en televisión no se puede dar nada por seguro.